"Bienvenido, pasa. Ahora ya no falta nadie, o quizás sí. Me doy cuenta de que solo faltas tú. También puedes venir si quieres, hay sitio para todos. De las tristezas haremos humo, cualquier noche puede salir el sol". 

Escrito en el Prólogo de El Faro por Enrique Luzuriaga Martín 

Volver a la tierruca

Vuelvo de nuevo a España y me vienen recuerdos de mi última "inmersión" en Santander. Allí me aproximé un poco a la cultura de la etnia gitana. El recuerdo de su orgullo, su cercanía y su fuerte unión permanecen intactos en mi memoria y me sacan una sonrisa. Ya no los siento tan lejos. Con cada aproximación vas destruyendo barreras.  

El pasado mes de julio estuve dos semanas de vacaciones en Cantabria, la Comunidad Autónoma del norte de España donde nací. Dos días después de mi llegada a Santander comenzaba su fiesta, la Semana Grande, y las calles estaban abarrotadas de turistas y gente local. Grupos regionales, no lejos de mi casa, deleitan al público con danzas y cantos y en la plaza del ayuntamiento preparan el pasacalles y los fuegos artificiales. Me doy cuenta de que este año 2023 es el Año Jubilar Lebaniego y observo los carteles por las calles más céntricas. Tengo la sensación de que se prepara una gran fiesta y de que, esta vez, sí he sido invitada. Un par de libros ocupan mi maleta y me dejo caer por alguna librería. Creo que este verano me grabaré haciendo una reseña. Los días se me pasan volando. Qué placer poder encontrarme con amigas. Volvimos a El Italiano y pedimos de nuevo la Burrata Pasiega. Santander está dentro de la ruta del Camino de Santiago del Norte  y en el centro de la ciudad divisaba a menudo a algunos peregrinos con las conchas colgadas de sus mochilas. Por un momento me inundó la añoranza. En julio de 1995 hice 100 kilómetros de la ruta francesa del Camino de Santiago y creo que me ha quedado ese alma de peregrina. 

Viajeros, amigos, peregrinos o santanderinos. Encuentros cortos o más duraderos. Charlas amenas que seguro echaré de menos, música en las calles y lecturas que me trasportan a lugares que, para mi sorpresa, resultan no estár tan lejos. 

No sé cómo no me había dado cuenta. Estoy en medio de un cruce de caminos...

"Viento del Norte", la banda sonora que se cruzó en mi viaje. 

Del cantautor cántabro Nando Agüeros

Tomo prestadas algunas de sus estrofas:

"Me guía la luz de un rayo de luna

 la clara del alba al amanecer

 me llena de vida toda la hermosura

 de esta tierra verde que aprendo a querer. 

Quiero saltar de la rama de un roble

gritar tu nombre y echar a volar.

 Tengo la fuerza del viento del norte

 y esa bravura que viene del mar".